miércoles, 24 de noviembre de 2010

El rodapié, servicial y discreto

El rodapié, ese gran compañero en la vivienda del que sólo nos acordamos cuando tenemos que ajustar un mueble contra la pared y pega, cuando hay que pasar el cable del teléfono clavándolo a la pared, o cuando el pobrecillo de puro agotamiento se cae.

Pues bien, hoy vamos a hacerle un homenaje, que se lo merece.

El rodapié tiene dos funciones básicas:

-          Ocultar la junta entre la pared y el suelo. La unión de esos dos planos es un punto difícil de resolver, pues normalmente son dos materiales los que se encuentran y cualquier error en la ejecución de uno de ellos se ve magnificado por hallarse en la arista en cuestión. Con un rodapié la unión de los materiales no se hace propiamente en el rincón. Normalmente el rodapié es del mismo material o similar que el suelo, de modo que la linea separadora pasa ahora a la parte superior del rodapié, mucho más sencillo de lograr una perfecta ejecución.

-          Servir de protección del material de la pared frente a las agresiones que se producen en el proceso de limpieza del suelo. El hecho de ser de un material similar al suelo hace que la solución de limpieza no afecte a sus condiciones y salvaguarde la pared. 



Queda claro que un rodapié es mas que un mero adorno, tiene su función, y eso hay que tenerlo en cuenta.
En otro momento hablaremos de que ocurre cuando la gente que construye casas (llamarlos constructores puede ser darles un grado que no se merecen), el que coloca el rodapié ignora las funciones antes mencionadas.

PEPO.
Stay tuned

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